Advertencia:
El referirse a esto de alguna manera sólo tiene importancia con respecto a las conclusiones nuevas y los descubrimientos propios de ahora.
Hay cosas que tienen atajos y otras que simplemente no los tienen.
Hay cosas a las que hay que ponerles freno porque son sólo un vaso de agua rebalsándose en el líquido, y nadie se lo va a tomar. Tú no lo hiciste y yo tampoco pude hacerlo ya más. No, ya nadie se lo va a tomar. Pero al menos su egoísmo le ha permitido volver a correr la llave y mi debilidad seguía dándole sorbetones.
Heridas tenemos todos, y cicatrices unas cuantas. Yo cargo con mis cicatrices y aprendí a usarlas de cierta manera, pero él llega como un cuchillo a abrirlas un poco. Sólo él puede abrírmelas, sólo él puede herirme ahora que no tengo razones ni por qués, ni derecho ni permiso (que tampoco me los doy porque ya no los quiero), pero el llega con sus palabras de doble filo, y la sangre siempre me la terminé lamiendo sola, sola con una despedida vacía, con una mirada olvidante y con un ¿Para qué? dando vueltas en la cabeza.
¿Sabías que cuando estoy lejos de ti estoy mejor? ¿Sabías que aprendí a no necesitarte?. Miento: ya dejé de necesitarte. Sólo tú puedes hacerte necesario para mí, y aunque a veces lo logras sigue siendo algo volátil porque simplemente tú no sabes amar porque no te amas ni a ti mismo (eso me lo dijiste tú y creo que es lo único en lo que pude estar de acuerdo contigo).
Nunca pude responderme por qué no puedo odiarte todo lo que te odio, o todo lo que te lo mereces (porque te lo mereces) y recién ahora me doy cuenta que no puedo hacerlo absolutamente porque nuestro amor era tan grande, era inmenso, era demasiado poderoso y a eso no puedo hacerle la vista gorda. Nuestro amor era potente, pero hay ciertas cosas que son demasiado buenas para ser verdad.
Ya no soy la misma.
O sea sí, sigo siendo la misma como dijiste, pero a veces ya soy algo distinta y eso se nota con el sabor ya incípido que deja a la mañana siguiente - si es que deja algo. Tu mensaje es recibido pero en su gran porcentaje ya no hay una recepción más allá de eso. Aunque hay alguna pequeña falla, mínimo error en todo, ya no es para revolcarse en ellos como mierda flotando en el agua, sino que algo adentro te dice: ¡Ah! Tuve que equivocarme algo en una cosa para darme cuenta de todo lo demás.
El referirse a esto de alguna manera sólo tiene importancia con respecto a las conclusiones nuevas y los descubrimientos propios de ahora.
Hay cosas que tienen atajos y otras que simplemente no los tienen.
Hay cosas a las que hay que ponerles freno porque son sólo un vaso de agua rebalsándose en el líquido, y nadie se lo va a tomar. Tú no lo hiciste y yo tampoco pude hacerlo ya más. No, ya nadie se lo va a tomar. Pero al menos su egoísmo le ha permitido volver a correr la llave y mi debilidad seguía dándole sorbetones.
Heridas tenemos todos, y cicatrices unas cuantas. Yo cargo con mis cicatrices y aprendí a usarlas de cierta manera, pero él llega como un cuchillo a abrirlas un poco. Sólo él puede abrírmelas, sólo él puede herirme ahora que no tengo razones ni por qués, ni derecho ni permiso (que tampoco me los doy porque ya no los quiero), pero el llega con sus palabras de doble filo, y la sangre siempre me la terminé lamiendo sola, sola con una despedida vacía, con una mirada olvidante y con un ¿Para qué? dando vueltas en la cabeza.
¿Sabías que cuando estoy lejos de ti estoy mejor? ¿Sabías que aprendí a no necesitarte?. Miento: ya dejé de necesitarte. Sólo tú puedes hacerte necesario para mí, y aunque a veces lo logras sigue siendo algo volátil porque simplemente tú no sabes amar porque no te amas ni a ti mismo (eso me lo dijiste tú y creo que es lo único en lo que pude estar de acuerdo contigo).
Nunca pude responderme por qué no puedo odiarte todo lo que te odio, o todo lo que te lo mereces (porque te lo mereces) y recién ahora me doy cuenta que no puedo hacerlo absolutamente porque nuestro amor era tan grande, era inmenso, era demasiado poderoso y a eso no puedo hacerle la vista gorda. Nuestro amor era potente, pero hay ciertas cosas que son demasiado buenas para ser verdad.
Podría haber terminado con simplemente un "what alwasy happens: life"
(Summer Finn - 500 days of Summer)... PERO NO.
Y todo se volvió en un: "con él me sentía más sola que cuando lo estaba por mi misma"
(Ramona Flowers - Scott Pilgrim v/s the world)... Y FRANCAMENTE.
Ya no soy la misma.
O sea sí, sigo siendo la misma como dijiste, pero a veces ya soy algo distinta y eso se nota con el sabor ya incípido que deja a la mañana siguiente - si es que deja algo. Tu mensaje es recibido pero en su gran porcentaje ya no hay una recepción más allá de eso. Aunque hay alguna pequeña falla, mínimo error en todo, ya no es para revolcarse en ellos como mierda flotando en el agua, sino que algo adentro te dice: ¡Ah! Tuve que equivocarme algo en una cosa para darme cuenta de todo lo demás.
Y esta vez...
esta vez me importó algo más: lo que tengo ahora.
Mi vida se ha vuelto algo Scott Pilgrim, sin mentir. Lo exclamé en la mañana.
Como un casi Gideon, te puedes ir a la re-chuñia.
El aparato detrás del cuello se está echando a perder y ya encontré a mi Scott.
Pero en este caso, me doy bastantes honores por ganarme el poder de Self-Respect.
Porque realmente no necesito que Scott me salve de Gideon, sino también yo salvarme a mí misma.
El aparato detrás del cuello se está echando a perder y ya encontré a mi Scott.
Pero en este caso, me doy bastantes honores por ganarme el poder de Self-Respect.
Porque realmente no necesito que Scott me salve de Gideon, sino también yo salvarme a mí misma.
+1.000 ptos para mí.
(de verdad destruirte de alguna manera, genera mucha más ganancias, y lo digo con una honestidad de corazón)
muy bien, amigui
ResponderEliminarestoy muy contento de que sientas que vas bien encaminada =)
me mata este post de algo parecido a la ternura
ResponderEliminar