viernes

turbio.

Este sueño lo tuve ante-anoche. El poco tiempo que dispuse para escribirlo, no pude hacerlo, tanto porque tenía que salir como porque ordenarlo en mi cabeza para redactarlo con claridad es algo que hasta este momento me cuesta. La intriga que sentí probablemente no quedará plasmada en este intento de relato, pero igual lo escribiré. 


Por cierto, este mismo sueño, me tuvo amarrada a la cama al menos 1 hora y media más de la hora que tenía que levantarme.




El inicio nos encontrábamos con Godot (compañía de teatro) arriba de una micro rumbo a destino desconocido. De ahí llegábamos a una especie de parque, que no sé por qué en ese principio estaba convencida que estabamos en Pudahuel (yo casi ni conozco esa comuna). Era de noche. El parque tenía una atmósfera distinta, no era de juego, no era de desconocido, no era de que quizás habían flaites que iban a dañarnos, era inexplicable.


Recorriendo el lugar, llegábamos al centro de un espacio circular, como el que hay en plaza ñuñoa. Al centro de ese círculo había un agujero que tenía la dinámica de transportar a otro lugar. (Lo que pasa es que el otro día vi jugar Mario 64, no sé cómo se llama exactamente porque con suerte jugué mario 1-2-3, pero está en 3d. y justo el jugador entraba en un hoyo de colores como metalizados, no sabría decirlo). En fin, la cosa es que era un hoyo donde uno bajaba y llegaba a un lugar distinto no lógico a ese bajo suelo.


Lo pasábamos, pero al final me encontraba sola ahí dentro. Era un lugar inmenso, claro que era quizás algo más subterráneo, pero no era lógico con que estaba bajo ese mismo parque. Yo estaba vestida normal, ni muy descuidada ni muy arreglada, tampoco como siempre ando (es como tonto tratar de explicar esto porque ni siquiera yo sé cómo me veía en ese momento pero sabía que no era yo usualmente). Era como un antro. La verdad, era una especie de swinger, pero no era swinger, sino que un antro para tener sexo en distintas partes, espacios, ambientes. De hecho, ya hacia el fondo habían infraestructuras muy distintas, algunas eran casi como departamentos normales, qué se yo. La cosa es que era gigante y había de todo.


La entrada para ese lugar igual consistía de una escalera en caracol de amplio radio, pero cuando yo entré, simplemente caí al medio ligeramente. Luego de las escaleras había un espacio más libre con unas mesas hacia los costados, una barra gigante, las tonalidades eran amarillas y verdes, así como de selva. El lugar estaba lleno, pero aún así no colapsado. Yo me acerqué donde estaba la mayor gente reunida porque un animador estaba contando que en una esquina, en una especie de habitación pequeña había una mujer con estética como de Cleopatra que se dejaba tocar entera, pero sólo tocar. En la habitación del otro lado una mujer podía masturbar a los hombres con la mano, pero sólo eso.


La lógica de un swinger, por cierto, es que hay respeto por el "No", si una persona niega una propuesta es absolutamente válido. Y eso mismo sucedía con esas Ofertas: cualquiera podía elegir una pero sólo dedicarse a la norma que exigía cada rincón. Yo me dedicaba a mirar, estaba un poco desconcertada de encontrarme en un lugar así, pero no inquieta. Recorría todo observando. hasta que un hombre me detenía y me saludaba. Era guapo, pero no de mi gusto. Me tomaba de la mano, pero no se acercaba a mí en la dinámica del sexo, sino que de una manera tranquila. He aquí donde tengo borrones en el sueño, sólo se que mientras avanzaba recorría más el antro y descubría los distintos rincones, las escaleras, las murallas pasadizos, etc. En realidad era bien entretenido.


De repente volvía a cero. Cual perdiera una vida en un videojuego. Me encontraba en el parque, pero ya casi amaneciendo, pero onda recién, no estaba tan claro todavía, sino que se asomaba de a poco. Yo me metía de nuevo al círculo pero ahora bajaba por las escaleras. Ahora tenía un vestido negro de hombros descubiertos, mangas largas, muy corto pero como inflado en las piernas, lo cual no lo hacía demasiado evidente, bien peinada, con cartera... La weá es que me veía regia y exquisita. Ahora el antro tenía algo menos de gente. Los hombres me miraban, pero parecía que había una pared entre ellos y yo. 


Recorría el antro y descubría nuevos lugares, ambientes, música, oscuridades. Ese hombre estaba ahí de nuevo. Nos besábamos quizás, la verdad no estoy segura porque aquí sigo teniendo borrones. De un parpadeo me encontraba en unas galerías teniendo sexo con profesor A. y era extraño. Su pareja estaba sentada más abajo y yo le decía "me está culiando el A, me está culiando el A", y ella parecía contemplarlo. En todo caso, el profesor A, no es tampoco de mi gusto.


Seguía recorriendo el lugar, había un afuera. La verdad es que habían todo tipos de espacios para tener sexo, si uno quería simular un baño de avión, habían baños así ¿kachai? no era todo en la onda del local en sí. En el afuera ya estaba siendo de día y todos echaban a correr, yo no entendía por qué. Todos corrían hacia la entrada de escaleras y yo los seguía. La luz del día penetraba ese círculo viscoso de otra dimensión y lograba subir y aparecer en el parque. Amanecía, el cielo se volvía más celeste. Todos corrieron hacia el horizonte y cuando cada vez se iluminaba más, parecían esfumarse.


De golpe aparecía en mi pieza con 2 hombres que jamás en mi puta vida he visto, pero en mi sueño eran como amigos, igual eran algo mayores ya, bordeando los 40. Estaban en mi computador. Yo no entendía nada, seguía recordando aquellos dos momentos que había experimentado. No sabía si había sido real o un sueño. Lo dudaba. Una vez, (esto es real) alguien me llevó a cierto lugar que finalmente no pudimos entrar por la hora. Yo no supe lo que era hasta varios años después: era uno de esos lugares turbios. En el sueño recordaba ese momento por lo cual dudaba más si lo demás que pasó había sido sueño o realidad. 


Los hombres que estaban en mi pieza buscaban en internet el nombre de aquel antro que yo había visitado. Ellos me decían que era real, que sí existía. Con suerte encontraron una dirección del lugar, pero ninguna información más. De hecho, no lo encontraron por algo obvio como "local swinger" o whatever, sino que las fiestas tenían un nombre (muy chulo eso sí) como Firehard party, no me acuerdo. El local sí existía, quedaba en Manuel Montt con Providencia, no en Pudahuel.


Pero también ellos me dijeron que ese hombre guapo que conocí, sí había sido real, que de hecho murió esa misma noche atropellado saliendo del local a la calle. Ahí yo recordé que sí había pasado la noche con él esa primera vez, pero que todo había sido muy lindo, él había sido perfecto para mí. Y entonces me puse a pensar que si no lo hubiera dejado (porque sí, antes de esfumarme esa primera vez hacia el parque en un dos por tres, yo lo había dejado solo), y como lo dejé solo, quizás si no lo hubiera hecho, él habría estado conmigo y no habría muerto.


Yo necesitaba volver a ese lugar para saber si eran productos de mi imaginación o si alguna vez lo había vivido. Aparecía en un auto con mi nana manejando, y no sé por qué tenía que llegar primero a Irarrazaval con Antonio Varas. Estábamos las dos perdidas, porque en mi sueño las calles no eran como son realmente. Hablaba por teléfono con alguien que me daba las indicaciones para llegar a esa intersección y bajarme e ir a un departamento en particular. Tenía límite de hora para hacerlo. Pero mi nana cuando llegamos a Irarrazaval con Antonio Varas no me escuchó decirle que parara, y no me escuchó hasta varias calles pasadas de ahí. Ya era muy tarde, no alcanzaba a llegar.


Ahí me desperté.

1 comentario:

  1. el rectum se filtra en tus sueños. que me dio risa imaginarme el profesor A jajaja MEG :) <3

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