jueves

del por qué

no voy a escribir lo que quizás podría escribir y del por qué voy a escribir el por qué de no hacerlo.


Escribo porque me siento contenta, escribo porque hace tiempo no me sentía tan feliz.
(no, nunca he sido realmente feliz, a veces estoy sólo feliz)
(pero este tiempo si me he sentido así y es verdaderamente gratificante)
Siento, como dije, si me hubiese extirpado un cáncer desde adentro del pecho,
sólo que las cirugías me las hice dormida para evitar las heridas frescas.
Ya no siento ese agobio por dentro,
ni siquiera cuando pareció tan certero poder llegar a sentirlo.
Escribo porque me siento bien y porque no quiero estar triste,
aunque a veces lo estoy en mis sueños, en algunos pocos sueños que dejan
una estela nebulosa que se me atora en la garganta y me dejan ". . ."
ni fu, ni fa, ni chicha, ni limoná.
Escribo porque no quiero sentir los vestigios de dolor que sí se petrificaron dentro,
escribo porque no quiero ser una huella borrada tan fácilmente.
Escribo porque sé que soy una huella y sé cuánto significa un poco eso hoy en día.
Hoy...
cuando no sé si es cuando estoy demasiado bien para recibirlo y no importarme,
o demasiado bien para saberlo y pensar que así debería haberme sentido
realmente hace bastante tiempo atrás.
Yo siempre voy un paso más atrás.
Escribo porque siempre quise un último regalo que de alguna manera inmortalizara
la imagen que atesoro arrugada entre mis manos por dentro,
pero siempre fue algo demasiado superficial,
o quizás demasiado insignificante porque mi parte del regalo era algo 
que ya se había dejado a un lado incluso cuando yo estaba ahí,
es así, y así empezó a ser, y así es ahora.
Intentaba convencerme "al menos tuve esto bonito", y aunque no tenía esa
sensación de vacío en su totalidad en la posteridad, aún algo había.
Pero me callé, me supe callar.
Yo también supe dejar de lado ese significante, pero porque las cosas
se dieron así, pero aún así, que fuera así para mí no le molestaba a nadie,
al contrario, le hacía bien a todo
(claro que menos a mí).
Entonces me dije:
No más, ahora sí que no más, y eso está bien.
Aprendí a masticarlo, a procesarlo, a enfrentarlo, porque estoy en otro lugar,
porque de manera obligada inconscientemente llegué aquí.
Pero una lucecita a lo lejos seguía parpadeando, cual farol llamando en medio de la noche
en la profundidad perdida en mitad del navegar,
y aunque aún así podría arribar a un punto muy solitario para mis necesidades,
más que mis necesidades más bien,
para mis deseos, eso sí, iban acorde a mis necesidades.
Y lo agradezco.
Agradezco estar presente un poco así, pero sé que es insano.
Lo es porque yo sólo he echado a andar la marcha cuando me han hecho contacto,
de lo contrario, no lo he hecho...
¿por qué?
objetivamente porque ya tuve demasiada frustración,
estuve mucho tiempo haciendo cosas de mi parte que no eran recibidas, por ende
ya no pido tanto y tampoco entrego tanto: sólo en su justa medida,
y así, me ahorro amarguras, que creo que me ha hecho bastante bien.
Y quizás, sólo quizás, ni siquiera he pensado en concretar la idea
que en el sentido subjetivo, me da miedo que si soy yo la del primer impulso
aún tenga el cielo entre mis manos que tirar encima... 
caóticamente.
Yo también soy más trágica que romántica.
No, ya no quiero eso.
Sé que debería parar, no sabría decir el grado de gravedad, 
pero supongo que no es mucho, ni eso, pero tampoco estoy para dramatizar.
Me importa menos, mucho menos, bastante menos, 
porque creo que aunque perdí de manera poco decente, sé que me jugaron sucio,
por ende trato de retirarme con la cabeza algo en alto.
Pero las pasiones no son algo que se conecte en mi cabeza.
Entonces...
Sí, una última vez sólo quedé un poco tiritona cuando ya me encontré sola,
pero nada más. 
Y luego, algo que habría querido escuchar tiempo atrás, llegó a mis oídos,
y sí, como esporas de polen que alguna vez fueron,
pero sé que si lo hubiese oído en ese pasado, no habría sido el mismo efecto que ahora.
Esta vez, me dejó en paz.
Tan en paz que me sentí como cuando Chihiro le dice a Haku su verdadero nombre
y PUF !
el hechizo se deshace en cristales por el cielo y se dejan caer ligeros.
Sí, fue algo así, quizás eso era todo lo que necesitaba saber en este momento.
Pero creo que no debería saber nada más.
Alejar este hechizo de mí,
porque aunque no he sido yo la del primer impulso, debo confesar que alguna vez
como que una fuerza interna me hizo atraer aquello como un imán,
como si hubiese lanzado un conjuro, un truco de magia.
Gracias por todo, gracias por no olvidarte,
pero las cosas son distintas ya y hay que hacer otras cosas mejores.

Y no tengo nada más que decir.
Chaolínbombín.




update:
ahora sí me retiro tranquila. gracias, muchas gracias.

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