martes

tender



Echada sobre una frazada en el pasto mirando las estrellas, me encontraba yo en ese instante. La luna llevaba sus 4 horas en el cielo, las estrellas aparecían de a poco. La gente reía, cantaba, conversaba, dentro de lo más oscuro posible. Yo no sentía nada, estaba tirada esperando que por lo menos el estómago me reclamara el vómito. En realidad no lo esperaba, porque no lo quería, pero no sabía si mi cuerpo iba a reaccionar a eso o no. No, no lo hizo. Algunos vomitaban, pero a mí por suerte no me pasó. Menos mal, porque me carga vomitar.

Trataba de sentir las cosas con calma, el resto de los 5 estaban en su volada. No sé si estaban volando de cierta manera, pero cada uno tranquilo se dejaba afectar. Unos más rápidos que otros, yo fui una de las más lentas. No sabía cómo iba a sentirme, pero él estaba conmigo: Nico.


Fuimos juntos a caminar, sentía algo de malestar pero no fue suficiente para sentirme vomitiva. Nos sentamos con un saco cubriéndonos y empezamos a mirar lo que había: dos rocas. Una más grande que la otra, en la grande tenía una parte donde llegaba directamente la luz de la luna. En esa parte iluminada empecé a ver fijamente a una mujer acostada, como si fuera de un humo consistente. Estaba echada de espalda, como si estuviera tomando sol... Bueno, estaba tomando luna. Y sus brazos humeantes se movían, sus piernas, sus caderas... Durante mucho rato admiré un cuerpo femenino, pero no me lo creí tanto porque pensé que podría ser una ilusión más óptica.

Volvimos a nuestro rincón, luego de que Nico y Alvaro mantuvieran, después de ver la roca, una especie de contacto donde danzaban sobre el valle, moviendose, corriendo, mirándose. Yo me quedé sentada, pegada, como si nada me pasara. Vi que Nico se fue a caminar y de un momento a otro él estaba sentado mirando algo. Yo seguí en lo mío, diciendo: Estoy bien, no siento nada.

Nico vino a buscarme y me dijo que quería mostrarme algo. Lo buscó por toda la oscuridad sobre el pasto: una flor más prominente que las otras. Yo la miré, era normal... pero lo que sí le pregunté fue "¿Cómo llegaste a parar tú justo con ESTA flor en particular?", él me respondió "Choqué con ella..." Me quedé mirandola, más que nada porque él me pidió que la viera, y derrepente ¡FUM! con sólo la luz de la luna pude ver la flor en perfecto MACRO. Veía todos sus detalles. Mi ojo izquierdo fue como una cámara fotográfica donde el fondo se volvió borroso y lo que tenía cerca mío era lo que más importaba, viendo sus formas, sus pétalos más cerca que nunca. De verdad mi ojo izquierdo estaba relazinado un foco en ella, sentía mi ojera derecha reaccionar como un botón.


Nico volvió, le conté que estaba viendo la flor más cerca que nunca cuando le dije "Noooo, kachaaa!!!"... La flor era de tonos púrpura como seda, pero en ese preciso momento vi cómo la flor estaba respirando... por sus tallos, hojas, por los bordes veía que unas luces como líneas cortas de color lila y naranjo aparecían y desaparecían, me di cuenta que iban al ritmo de una respiración y sentí que era eso, esa flor estaba respirando y cuando botaba su aire por su cuerpo, por sus poros, soltaba luces en su silueta color lila y naranjo neón.


En ese momento lloré. Lloré de alegría, de emoción, de sorpresa. No lo podía creer. Me tiré de espalda en el pasto diciéndome "no puedo creerlo, es que no puedo... la weá cuática". Estaba demasiado impactada que me ponía feliz, pero cada vez que sonrreía de mis ojos caían lágrimas en oposición.


Cuando pude volver en mí, estuvimos divagando con Nico entre los nuestros: aquellos que no estaban viajando con los pocos que sí lo estabamos. Nico fue a buscar a Alvaro para mostrarle nuestra flor, él llegó con su guitarra y se sentó junto a la flor, como nosotros, la miró, la olió, rió y dijo "Es una flor coqueta". Nico le pidió que le cantara... Mientras nosotros estabamos echados mirando las estrellas. Entre eso se acercó Ethel y nos preguntó si podía estar con nosotros y le dijimos que sí. Mientras Alvaro le cantaba a la flor coqueta, yo lo miré y vi a su lado izquierdo el cerro que escondía a la luna todas las noches... derrepente el cerro comenzó a volverse más pequeño, Alvaro se hizo más y más grande, con su guitarra, la música y su voz. Yo estaba embobada mirando cómo se hacía inmenso ante aquella inmensidad...
En esos momentos siento que alguien me tira del hombro hacia atrás y yo como que me caigo.

Nico me estaba mirando fijamente, él me había tirado. En los breves segundos que nos miramos yo supe lo que él quería de mí y sólo atiné a decir "Ooohh... weón..." Empezamos a hacer contacto de piso, él no me quitaba la vista de encima, yo mientras lo hacía reía un poco, pero seguíamos el juego de perseguirnos, de mirarnos, de acercarnos y alejarnos, lento y rápido... No sé cuánto duró, a mí se me hizo tanto y poco a la vez. Todo eso duró hasta que tenía a Nico con su rostro pegado al mío mirándome a los ojos y yo reaccioné a reirme más de lo que me estaba riendo.

Quebré. Me salí del juego y sólo reaccionamos a reir de alegría y abrazarnos, y entre los abrazos, lloramos de alegría también, no podíamos creerlo. "Te quiero weona...", "Yo también te quiero weón", fue lo único que atinamos a decirnos mientras nos abrazabamos fuerte y reíamos juntos, nos mirabamos y nos secabamos las lágrimas. "That was beatiful" nos comentó Ethel, ella creo que vio como un baile entre nosotros.


Me eché de nuevo sobre el pasto, empecé a ver las estrellas fijamente... Danzaban, sí, como me habían contado, se movían, se trasladaban... Pero en un momento dejaron de danzar y comenzaron a caerse del cielo... Yo sentí mucha pena, las veía caer del cielo sin fuerza, iban directo a la tierra y yo no podía hacer nada por ellas, tampoco podría recogerlas porque estaban cayendo a lo lejos, más allá de donde estaba. Pero todo eso pasó hasta que escuché la voz de Alvaro nuevamente... Lo había olvidado, había olvidado que estaban los demás ahí. Cuando escuché su voz, vi las estrellas y todas estaban subiendo, volviendo a su lugar en el cielo, como si la voz de Alvaro hubiera calmado todos los males.

De lo que recuerdo luego es que nos acercamos al grupo donde se encontraba Galdames. Él estaba distinto a nosotros, como hiperactivo. Yo después deduje que era su Alter-Ego el que estuvo con nosotros esa noche. No paraba de hablar, hablar cosas que todos moríamos de la risa cada 2 minutos. Reímos demasiado con él y lo que decía y hacía... Creo que hace tiempo no me reía tanto... o nunca me había reido tanto en mi vida. Mentiría si digo que recuerdo todo lo que dijo e hizo Galdames, pero dentro de eso morí de risa porque vimos un saco de dormir tirado y pensamos que era Osvaldo y Galdames empezó a golpear y a tirar el saco como si fuera Osvaldo de verdad; o como que le daba ataques de trabalenguas y decía "repitiwis paralelepipedo" de manrea clara y perfecta y muy rápido. También le dio un complejo de Squirtle, de pokemón, y decía "Squirtle, Squirtle". En un momento quiso que lo envolvieran en un saco de dormir para ser un pito, etc.


Eramos 6. Alvaro se fue en una volada más espiritual, se reía solo, disfrutaba de la tierra, creo. Galdames soltó su alter-ego hiperquinético. Salomón le dio una volada más introvertida. Mike le pegó a las últimas dos horas. Nico veía cosas, era más extrovertido de sentir y yo también me fui en esas, e igual derrepente yo me pegaba mucho. En un momento Galdames estaba sobre una frazada como con diseños y nos dijo "kachen" y todos nos pusimos arriba de ella y dijimos "Oooohhh", la frazada se transformó en cualquier cosa. Yo me sentí sobre un colador gigante cubierto.


No sé qué hora era, pero tenía que hacerlo mientras estaba en eso. Quedamos con Nico de meternos en la carpa. Claro que nos demoramos como 3 horas en pararnos y tomar la decisión.

Era como:

Nico - ¿vamos a un lugar más privado?
(15 minutos) Paula - ¿cómo? ... ¿dónde?
(15 minutos)
Nico - como a la carpa.
(15 minutos más)
Paula - ya bueno.
(15 minutos más)
Nico - vamos!
(15 minutos más) Paula - vamos.

Bueno, eso es una exageración, pero estabamos tan en la volada que no reaccionabamos al instante. Fuimos a la carpa. De verdad no podría ni escribir lo que significó estar los dos. Yo sentí que mis ojos se apagaron y el resto nos invadió. También mentiría si entro en detalle de lo que sentí, pero yo creo que sentí la inmensidad, y siento que podía ver a Nico con los ojos cerrados. ¿hicimos el amor?. Sí, ambos creemos que sí. Y no entraré en detalles flash que recuerde de eso. Igual era terrible porque mientras estabamos en eso, nuestros sentidos estaban agudos con el entorno y cuando nos desconectabamos de nosotros, escuchabamos a Galdames diciendo cualquier estupidez y moríamos de la risa.

Salimos y Nico dijo que tomaramos nuestras cosas y nos fueramos al tranque. Para allá partimos los 6, ya que el resto se había ido a dormir. Con algun saco de dormir y frazadas, y Galdames llevando la bolsa de marihuana en la punta de una escoba como el chavo del 8, cruzamos el camping. Se nos hizo eterno ese caminar que naturalmente duraba sus 3 minutos. Estabamos todos 'pa la kagá'. Nicolás empezó a decir que habían alambres de púas en el camino. Yo igual dudé, pero después recordé que nunca hubo alambres de púas.

El tranque estaba cortado, por ende estaba el agua tranquilita. Subimos y nos sentamos alrrededor en la entrada al tranque. Yo con un saco me tiré por ahí, pero tenía miedo. El tranque me dio miedo, el agua, las piedras, algo de paranoia hubo en mí por un momento, así que me acosté. Pero vi que Nico y Galdames se habían subido a un pequeño "muelle" que había en el tranque. Llegaron hasta la punta exclamando que era bakán. Nico volvió y me dijo "es la raja, vamos". Y yo le dije "No, me da miedo". Nico me insistía en que no tuviera miedo, que era bakán, pero yo le respondía firme "No, no quiero ir. No, si no voy a ir", hasta que me dijo "¿Confías en mí?"... No dije nada. Tomé su mano y lo acompañé al muelle. Caminamos, no sé cómo. Faltaban tablas, era difícil, pero no caímos... Como que sólo seguimos nuestro instinto.

Con Nico caminamos por el lado del tranque para ir hacia el otro extremo (por donde corría el agua que caía al tranque, que esa noche no estaba funcionando), pero mientras caminabamos, habían unos sauces que caían en la pasada por la orilla. El camino fue eterno, sobre todo cuando entre las ramas de un sauce me detuve y dije "Hay gente ahí, están parados". Veía como una fila de hombres a la pasada, a mi izquierda... Y me dio miedo. Pero Nico me dijo que avanzaramos y todo terminó.

Ahí estuvimos sentados sobre las rocas. Creo que ahí estuve un poco más relajada, pero pegada de todas formas. No recuerdo mucho de esto, sólo escuchaba a los chiquillos conversar, Galdames se tiraba un sonido extraño de vez en cuando, Alvaro puso música en su celular. En un momento Nico vio los sauces y dijo "Son como 2 personas de frente, como dándose un beso", y todos nos quedamos pegados viendo cómo el viento mecía el sauce y se movían los perfiles. Todo bien hasta que en el celular apareció una canción como de Benny Benassi y nadie kachó hasta que como 3 horas después yo dije "qué onda esta música".

Nico en un momento se echó para atrás sobre mí, estabamos todos mirando hacia el noreste, cuando él al caer hacia atrás, mirando hacia arriba dijo "KACHEN": una estrella gigante brillaba sobre el cielo. Se movía. Se movió. Cruzó del centro del cielo hacia el Este durante un par de minutos, hasta que se escondió en la Cordillera. Estuvimos los 6 pegados siguiéndola con la mirada. No era fugaz, no creen que era ni satélite ni ovni. Era hermosa.

Nos quedamos hasta que amaneció. Esperamos que saliera el sol. Mientras se iluminaba el paisaje, lo último que pude ver fue cómo los colores de las montañas se movían lentamente y cómo las hojas de los árboles se mecían en el viento como si soltaran polvo. Esto me recordó a que, durante la noche, mientras no estaba pegada o volando en algo, tenía las manos demasiado sensibles. Cuando acariciaba a Nico, sentía que le hacía un cariño demasiado cuático, era rico de sentir. Incluso cuando sentí un momento que se me deshacía de los dedos. Lo tomaba como arena y lo volvía a armar, y se me volvía a esparcir. A él también le pasó lo mismo, pero en el mal sentido: sentía que yo me iba entre sus dedos y no me podía tomar.

Amaneció. Yo vi el primer rayo de luz. Esperamos tanto que saliera, que cuando todos se distrajeron, yo aún estaba pegada mirando la punta de la Cordillera cuando dije "Me está quemando". Se asomó el sol, lo vimos salir. Todos quedamos con los cachetes medios colorados con eso, pero al menos estuvimos ahí hasta que amaneció. Eran como las 8 de la mañana.

Volvimos al camping, y ahí nos echamos en el pasto. No teníamos sueño, pero el cuerpo empezaba a pesar. No teníamos sueño, el cuerpo empezaba a pesar, pero yo creo que nadie quería acostarse, porque al menos yo no quería que eso terminara. Tenía algo de hambre, así que hice una sopa de tomates con grumos. A mi me daba lo mismo que tuviera grumos, pero algo de hambre tenía. No comíamos desde como las 9 de la noche.

Galdames, dentro de lo que le pegó, tuvo alter-ego, hiperactividad, voces raras, y adicción al jugo en polvo. Cuando volvimos esa mañana, se sentó a comer jugo en polvo. Y recordé que en la noche pude sentir la amistad de Galdames con Osvlado. Era lindo, era puro, era puro cómo se hablaban, cómo sólo estaban ahí, cómo Galdames molestaba a Osvaldo pero para llamar su atención, y cómo Osvaldo se había quedado despierto hasta que pudo para poder cuidarlo.

Yo pesqué mi discman y me puse a escuchar "Tender" de Blur, como el final de una película.

El final de ese viaje... el final del viaje.

No, no esto no fue un sueño.

Fue Mezcalina... la primera, y no la última, sin duda.

2 comentarios:

  1. ¡Genial! Gracias por llevarme, en el recuerdo, a ese maravilloso mundo. Cuando deje de beber terminaré mi escrito.

    Buenas vibras!

    Alvarock.-

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  2. Me recordó el viaje místico de Homero cuando se come el chile apocaliptico de las selvas de Guatemala cultivado por locos presidiarios de una carcel perdida.


    Debió haber sido único.


    Beijos.

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