El profesor C.B era un guapo. Inmensamente largo, flaco, de ojos azules y cabello rubio. Simpático, divertido, serio, inteligente, irónico y no pasado a CACA.
Una de las pocas fotos que que podría llegar a tener junto a este tipazo me tocó al azar a mí y yo no atiné más que a poner una cara espantosamente horrible y endemoniada, la cual claramente censuro mis ojos diabólicos que desteñían en mala tal imagen de valor envidiable para alguna de nosotras, novatas-chillonas- desordenadas y porfiadas mayoría de alumnas de primer año de teatro.
Esa soy yo, al natural, no me veo muy pintosa porque así soy. Sumando que son fotos de mi personaje de examen de segundo semestre. Yo era una de las "Ingenuas Palomas" de Alejandro Sieveking. Con un maquillaje como puerta egipcia, un vestido pasado de moda, un cabello rizado como poodle, y zapatos de tacones rellenos con confort que nunca aprendí a usar. Más mi constante entrenamiento para mi personaje de vieja histérica para gritar CALLATE muy fuerte, y mi acertada risa de vieja culiada que a todos les parecía gustar mucho.
Ese fue mi condoro fotográfico, pero esta historia terminó en un final feliz. No, no tuve un romance con el señor B, sino que aprobé mi ramo finalmente con el apoyo de muchas de mis compañeras las cuales antes yo era practicamente invisible.
Suele pasar que uno/a le achaquen un "affaire" con un/una profe.
ResponderEliminarEn todo caso, te ves muy "inocente" en la foto. Por fin reconozco el rostro de la chica detrás de Ibuki.
Beijos y Feliz Navidad.
atte:
Paz