viernes

mi idiota cucharón.-






un pololo que tuve me dijo que las canciones que me gustaban a mí,
esas canciones nostálgicas,
todas tenían la misma nota, o se basaban en eso, o algo así.
pues que yo no entiendo nada de música, sabes,
pues que yo me dedico a sentirla no más.
hay gente y gente, gente para ciertas cosas y gente para otras.
por eso hay matemáticos e ingenieros, y nosotros los artistas.
bueno, algunos artistas son bien técnicos,
alquimistas del arte.
yo sólo siento arte pero me dedico más a eso:
sentir, sentir, sentir.
Siempre he sido así y mi corazón es idiota.
pero es que cuando está idiota sé que estoy sintiendo.
lamentablemente he tomado muy malas decisiones,
pero no puedo decidir no sentir algo por alguien,
o sea sí, hasta cierto punto.
A mí no me haces tonta.
Si lo soy es porque quedo tonta, como quedo al final,
(así como estoy quedando ahora),
pero eso es mío y de nadie más.
Uno sí puede decidir dejar de lado algunos sentimientos,
o al menos esa decisión sirve e impulsa para algo.
creo que cuando uno no puede hacer eso,
es porque no ha hecho lo suficiente.
es re fácil dejar que las emociones a uno lo consuman,
es re fácil dejarse estar.
Tomé mis emociones y las doblé parte por parte,
remarcando con la uña del pulgar la línea doblada.
pero es como que ni siquiera hubiese alcanzado
a dejar debajo de la cama la caja donde las guardé,
y hubieses llegado tú y de golpe
me los hubieras desparramado en la cara de vuelta.
dejándome enfiestada con challa el pelo, las pestañas,
me nublas con fuegos artificiales las pupilas.
Bueno, pero eso no es cierto,
es sólo una ilusión mía,
Percepción Mía Del Espejismo Tuyo.
Yo no tenía por qué conocer a alguien como tú.
No tendría por qué haber estado pensando hoy
en alguien como tú.
(es ridículo)
Ni menos soñar, ni menos, pero menos escribir.
te escribo a ti, escribo sobre ti, pero tú no eres ni real.
Sólo un timbre en la oreja,
eres un abrazo incompleto,
eres una mirada, muchas, varias miradas desviadas,
eres una espinita en el zapato,
eres una distancia y una virtualidad.
Luego eres el silencio y la invisibilidad.
Finalmente eres nadie.
Y no alcanzas a ser todo luego, no eres en realidad algo,
porque yo no te conozco.
Te conocí no sé por qué, cómo llegó.
Yo también me quedo con una picazón en las manos
de que quizás hubieran conversado algo con las tuyas,
aunque fuera de casualidad,
quizás sólo se habrían pasado a llevar y se habrían dicho
"disculpa"
Tus brazos y los míos se conocieron apenas,
así como tú y yo.
Y yo soy absurda porque escribo de esto.
De algo que no fue, no es, no sería.
Pero por dentro un par de cosas fueron esto.
Yo escribo de esto y tú sólo eres la inspiración en mí.
No sé, quizás sólo me gustan estas cosas suspensivas...
suspensivas de suspenso,
y suspensivas porque
sólo estoy
en
. . .


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