Me gusta sentarme en el piso, en el pasto, me gusta andar en bici y no en micro. Cuando ando en bici le sonrío a la gente, cuando ando en bici me siento bonita aunque me vea ridícula. Me gusta deambular de noche y me gusta renovar las canciones en mis oídos. No me gusta la música ni fuerte ni despacio, sino lo suficientemente verosímil como para sentir que el pulso que entra es como si se coordinara con los míos propios.
Hoy me gusta reír, reír, reír, reír, reír, reír. Hoy pocas cosas me preocupan - me siguen importando - pero no me p r e - ocupan. Quiero hacer funcionar mi cabeza y corazón de manera distinta, no sé cómo, pero algo distinto siento en el centro de ellos. Solía tener un tumor dentro del pecho y siento perfectamente cómo me lo han extirpado - o quizás fui yo misma durante mis sueños para no sentir las marcas tan frescas.
Tengo sensaciones que me recorren la capa de agua de la piel, tengo esa sensación vibrante de cuando se te pone la piel de gallina, y solo pocas, muy pocas veces tengo escalofríos. Puede que en un momento me sienta neutralizada en el instante pero cuando me distancio de aquello ando tiritona, como puedo andar tiritona en el momento y sentirme tranquila al momento de alejarme.
Hoy quiero más, hoy amo más, hoy hago el amor más seguido, hoy tengo tanto miedo como antes sólo que de una manera distinta: hoy tengo que bosquejarme en un plano y trazar líneas ya concretas de una estructura decidida, y eso no deja de darme miedo. Tengo miedo, tengo pánico, pero no te das ni cuenta cuando ya te tiraste al agua y de nuevo tu capa de agua en la piel se estimula más que hace un instante.
Hoy me quiero un poco más y quiero admitir que aunque soy una mujer complicadayunmontóndeotrascosas, sé que soy una persona especial, sé que soy alguien maravilloso en un trocito de vida de alguien más, aunque no hable mucho, aunque diga poco, aunque quizás quiera sólo hablar hablar hablar hablar hablar hablarte o que me enseñen, aprender cada día un dato inútil nuevo pero que a mí me hace bien.
Siento el olor de la gente en todas partes, a veces me olvido del mío mismo. El metro macul está impregnado de densidades de recuerdos, ya no he frecuentado lugares memoriales, pero simplemente porque no se ha dado, o cuando se da esas pocas veces, sólo tengo familiaridad más que extrañeza, si sólo tuviera extrañeza no estaría ahí. El tiempo me ha preparado cosas y me ha presentado otras en las que estoy mucho más lista, abierta, o no sé... simplemente a gusto conmigo.
No... no, no sé... no me gusta dar más detalle por ahora. Tampoco podría describir qué ha cambiado de mi sonrisa a pesar de seguir teniendo los labios partidos y el mismo piercing de punta que hace mil años atrás. De lo otro... de lo otro hablaré después.
cambioyfuera.