jueves

dosmildiez.

Primera entrada que escribo del año. La primera y tiene un título tan normal, tan predecible, tan fome.


Me tiro pa' rriba porque sé que no estoy tan bajo... me tiro pa' rriba porque sé que al menos no estoy donde odiaría estar aunque no estoy donde desearía estarlo, me tiro pa' rriba pa encubrir lo bajo que realmente estoy y que realmente no sé cómo mierda cambiarlo... o por último, trabajarlo desde ahí.


El año recién empieza y ya tengo ruido... nunca me prometo no tenerlo, porque sé que no podré cumplirlo, por lo menos por ahora. Y es una mierda... es una mierda. Si una vez quise un psicólogo era para que precisamente trabajara algo conmigo, no que fuera una oreja gigante para sólo escuchar cómo me quejaba... para eso está este blog, para eso está mi almohada cuando me acuesto... y eso tampoco lo tuve.


La primera persona en mi vida que falleció fue mi abuela, pero yo tenía 5 ó 6 años, quizás recuerdo un poco lo que sentí o creí sentir, o más bien lo que percibía de los otros, pero no hubo consecuencias en mí de eso. Después, como por el 2000 más menos, falleció el zapatero de a la vuelta de la esquina, justo ese día estaba viendo "El hombre bicentenario" en el living con mis papás, y quedé sorprendida... sorprendida de pensar que ese hombre no estaría en esa puertita que daba a la calle y yo lo veía siempre cuando volvía al colegio. El tercer ser que perdí, fue mi mascota Vesta... pero en ese periodo, el primer año de Universidad, estuve tan ausente que su partida no fue de golpe, yo casi ni veía a mis mascotas y no verla más no fue una gran diferencia; además siempre pensé que la Vesta nos odiaba y que nunca había sido feliz con nosotros. La Banchee fue la última, y esa me dolió un poco más... en alguna entrada de Enero del 2009, está toda la historia.


Pero eso hasta ahora... hasta ahora, que falleció un compañero de curso. Relatar todo lo que involucró un domingo en la tarde, en la noche, al dormir, al despertar al otro día y reunirse con el resto de la gente que estaba afectada, muy afectada, sorprendida, dolida, o que estaba ahí por respeto... en fin, ahora no es el caso de hablar de eso. La cosa es comprender que es injusto que alguien tan bueno y feliz lo hayan arrebatado de esta existencia. ¿Dios, el destino? Hace meses que dejé de creer en eso y aún así me es difícil diferir de lo que me crié en cierto modo... creo que tendría que encontrar mis propias palabras para no decir "si diosito quiere, tener fé, pasó a una mejor vida...", cómo pedir ayuda sin rezar ¿?, cómo comprender que las personas hicieron su mayor esfuerzo para salvar una vida, la tecnología, cómo suponer que alguien que sí tenía ganas de vivir haya luchado hasta el fin para no marcharse, y aún así se marchó. ¿La vida lo puso en un corto periodo por alguna razón? Yo sólo comprendo que es alguien que era feliz porque tenía ganas, porque esa felicidad lo motivaba, porque esa motivación lo hacía feliz, aunque lo hiciera bien o mal. 


Y yo aquí, quejándome, quejándome, quejándome. Pero esto no hace que deje de pensar. Me cuestiono porque hay cosas que quiero y me cuesta tenerlas porque algo tengo, porque algo hago mal o no hago... quiero tener ganas, estoy de vacaciones, pero sigo cansada derrepente... ¿por qué?


Sí que lo quiero, y por eso quiero estar bien... y recaigo, pero luego me compongo, intento, algo más consciente que antes, eso espero, porque también quiero que me comprendan, porque también quiero tener lo que me gusta... siempre cedo, siempre... y me olvido de mí, por eso soy débil, por eso soy difícil, por eso el remezón es tan extremo... soy lo que soy y me quiero así... la cosa es que no me quiero cuando me doy cuenta que no sirve.

1 comentario:

  1. Un abrazo es todo lo que puedo decir ahora. Te ofrezco un fuerte abrazo.


    Beijos.


    Santiago.

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