
Y no puedo dormir. Miento. Siempre puedo dormir, pero me cuesta. Si no me acuerdo de, sobre todo, un nombre, título, palabra, oración, no me quedaré tranquila hasta que lo haga. Puedo estar hasta en un carrete de lo mejor y eso estaría gatillandome toda la velada.
Y el calendario, no son sólo números. Son números bien agrupados, a veces odiosamente disparejos, a veces más largos, a veces mucho más. Cortados, rebanados, envueltos. Y me disparo. Y agarro una hoja y esquematizo infinitamente esos simples números.
Por eso quiero que se termine el año pronto. Porque todas las cosas que tengo que hacer empiezan el 2 de enero (que también me revienta que empiece ahí y no el 1, y que el 1 no sea lunes, sino martes) . Y todas esas cosas quiero empezarlas YA, antes que me de la lata. Pero aunque me de la lata tengo que hacerlo igual, pero ahora tendría mucho menos. Y no podía empezar ahora porque el calendario estaba cortado, pausado, colorado, agrupado. Me desespero.
Y si bien, dentro de esto sólo puedo (y solamente lo sé) es hablar de mí. De mí, de mí, de mí y de todo lo que es mío, sí me gustaría aprender a escuchar, y sí me gustaría ser bien bien mujer para manejar muchas cosas a la vez. Por muy mito urbano que sea, (bueno, yo sé mascar chicle y caminar que sea), pero no puedo manejar tanta información a la vez. Tengo que hasta gritar ALTO! y dejar todo amontonado el menos tiempo posible antes que ese desorden me desanime.
Y sí, me gustaría aprender a tener más atención, y multi-atención, y manejar la información. Y también para eso me gustaría saber qué es lo que a la gente le interesa leer, más que el 'confessions of a drama queen' de este humilde espacio. ¿Eh? .